viernes, 8 de marzo de 2013
El placer de las pequeñas cosas
A mí estar con mis nietos me llena de energía y son de las pequeñas cosas que alegran mi corazón, me hacen mover, me hacen jugar, me hacer reír.
Además confirman lo dicho por Paulo Cohelo "Un niño puede enseñarle a un adulto tres cosas: estar siempre ocupado con algo,estar feliz sin ningún motivo y pedir con todas sus fuerzas lo que desea".
Otra pequeña o gran cosa (como los nietos), es la naturaleza me gusta muchísimo la montaña, el río, el mar, el bosque,el sol, el viento, la lluvia, la nieve, el calor, el frío y estar en contacto con ella, verla, olerla, escucharla, tocarla y sentirla, escuchar a los distintos animales salvajes y domésticos, ver desplazarse a las ardillas y los corzos, ver volar a las palomas, mirlos, pegas y aves rapaces. Ir a la playa, disfrutar del sonido de las olas del mar y la paz, pisando la suave arena.
Otra pequeña cosa que llena, la vista, el corazón y el estómago es prepararme un arroz a la cubana,¡ah! que rico.
Siguiendo con la gastronomía, tomar una copa de un buen vino reserva (Vega Sicilia por ejemplo) y acompañarlo de un buen queso curado.
También es un gusto, llevarle flores a Blanca, en invierno una o dos camelias y en primavera-verano un ramito de flores silvestres, ahora tengo un competidor en la recoleta, mi nieto le lleva a su madre y no se olvida de pedirlo. De esto deducid que como dijo Nicolái Gógol "El ejemplo tiene más fuerza que las reglas".
Y otra pequeña cosa de la que disfruto, es del silencio que tengo en otoño-invierno, porque en verano con las bombas de los festejos y al haber más personas es imposible, realmente se necesita del ruido para apreciar el silencio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario