lunes, 29 de diciembre de 2014

Fin de otro año.

Ya estamos culminando un nuevo año, entre mis deseos actualmente está que no se me pase el tiempo tan rápido, intento basándome en consejos orientales, en estar concentrado en todo momento en lo que estoy realizando, pero mi mente fluye y mis pensamientos corren y mi tiempo pasa como un rayo; el problema es que el tiempo transcurrido no se puede recuperar y cada vez estamos más mayores.
Hago esta reflexión porque veo en mis suegros una decadencia propia de su años, es que entrar en la década de los noventa y tantos es difícil, vuelven a estar tan necesitados de asistencia como cuando eran bebes y es difícil ver a personas independientes,  tan trabajadoras, con mucha fortaleza, tan dependientes de su hija.
Hemos pasado una noche buena y una navidad muy lindas, rodeados de la familia y con la alegría que han aportado los más pequeños, es en estas ocasiones que puedo reunir a mis cuatro hijos y a los siete nietos, pero llevo años intentando hacer una fotografía con ellos, que adornarían estas reflexiones y por distintas circunstancias nunca se realizan.
Hoy también tuve oportunidad, al visitar a una amiga que nunca encuentro, de pensar en otro aspecto que todos los años pienso y deseo, es el encuentro con gente amiga que me llena, quiero y disfruto, pero por distintas causas en especial la falta de tiempo u ocupaciones de ellos, no logro plasmar.
No quiero hacer deseos para el próximo año, que todo transcurra según lo quiera el destino y solo pido salud para seguir viajando y conociendo nuevos lugares.