viernes, 16 de marzo de 2012

Sigue de árbitros.


Cuando estabamos en el curso, haciamos prácticas en un torneo interno del Club Obras Sanitarias. En una oportunidad me tocó dirigir un partido, jugaban los dos equipos que iban arriba y ví al profesor en la tribuna; diez minutos antes de acabar ví que se retiraba. Faltando un minuto para terminar, sale una pelota por el fondo y la van a buscar, el portero y un delantero (del equipo que perdía), se pelean por el balón, se pegan y comienzan todos a golpearse, yo tocando silbato e intentando parar el despropósito, parecía un policia. Cuando llego el viernes a la escuela, me dice el profesor," lo estuve viendo y muy bien", le digo: "si se hubiera quedado hasta el final, hubiera visto un espectáculo mayor" y le conté lo sucedido. Dirigir es difícil, pero más cuando no se tiene experiencia, no se tienen jueces de línea o se tiene que arbitrar tres partidos seguidos, como ocurría en divisiones inferiores; yo corría de un lado para otro siguiendo el juego, hasta que un día un compañero de curso me explicó lo de "la diagonal", posicionarme en distintas jugadas, me abrió los ojos con su experiencia. Pienso que en todas las profesiones, la teoría esta muy bien, pero la práctica es fundamental.
Para acabar una anécdota: mandaron a tres compañeros a dirigir, estando en prácticas, un torneo internacional de sordos mudos y siempre antes de salir del vestuario, se hacia balance para no olvidarse nada, "El loco" le pregunta al árbitro" llevás tarjetas, libreta para anotar, silbato de repuesto" (se llevaba siempre dos silbatos) , salen y el árbitro empieza a tocar el silbato para llamar a los capitanes y nadie le hacia caso, hasta que viene corriendo un delegado con un banderín, que era con lo que se dirigía y "El loco" partíendose de risa, lo había engañado de mala manera. En otro partido, que jugaba el equipo de Chile, llamó al árbitro y le dice: "Hacé un minuto de silencio, que escuche a los del banquillo, que murió Pinochet", el otro va lo hace y cuando ve que éste se empieza a reir, comprende que cayó. Era un poco irresponsable, pero te divertías.