Siempre se recuerda el paso por la milicia, en mi época era obligatoria y era hacer la conscripción, se espera el sorteo creo que en octubre, con los últimos números de la Libreta de Enrolamiento y me tocó el Nº 503, por lo que fue tierra y en el Regimiento de infantería Nº7 "Coronel Conde" en La Plata.
El ir a prestar servicio era un año perdido, en mi caso que trabajaba como funcionario público, era cobrar medio sueldo y nos sirvió para ahorrar para la boda.
Cuando estaba en la fila para entrar, encontré a un compañero del equipo de fútbol y me dijo pedí para la banda de música que se pasa bien, yo le contesté no sé nada de música y el me dijo yo tampoco, la cuestión que no preguntaban nada te daban destino Compañía B "Maipú" y a cortarse el pelo; nos reunieron a todos delante de la compañía preguntaban estudios y oficios, nos distribuyeron a mí me tocó en la sección pesada, anteúltima cama litera y apuntador de cañón 7,5.
Estuvimos una semana recibiendo ordenes, ropa, conociendo las instalaciones y luego en camiones nos desplazaron a Pereyra Iraola a hacer la instrucción, dormíamos en carpas y con unos sacos de loneta que rellenamos de paja hicimos los colchones, aprendimos a desfilar, a limpiar y utilizar una sola vez el FAL (fusil automático liviano) y tiramos dos veces con el cañón.
Recuerdo como si fuera hoy la primera visita que tuvimos al mes, estábamos todos sentados a unos cincuenta metros de la tranquera de entrada y por ahí me pareció ver a mis padres con mi novia, y le pregunto al que estaba a mi lado:¿ esos no son mis viejos con Blanca? y el otro responde:que sé yo, sino los conozco, nos partíamos de la risa a mí me parecían tan extraños, muchas veces en aquellos momentos pensaba que estábamos como presos sin haber cometido ningún delito.
Ese que me contestó, con el tiempo fue mi amigo Osvaldo, lo mejor que tuve en ese año, estudiaba medicina, tenía una familia estupenda en La Plata, compartimos alegrías y tristezas, al otro año vino a mi casamiento y siempre seguimos en contacto.
En ese mes de instrucción el compañero de fútbol, se pasaba marchando intentando tocar el tambor, tenía razón en el sentido que nosotros fuimos más baqueteados, pero con el tiempo un día apareció con el clarín en una formación para izar la bandera y fue tan espantoso el intento de toque que fue expulsado por el mayor, entre risas y yo pasé un mal momento, no tanto como él.
La vuelta al regimiento fue caminando en una marcha, con mochila y fusil, serán unos veinticinco kilómetros, eramos infantería y entraba en sus cálculos.
Fue transcurriendo el tiempo entre guardias, desfiles, partidos de fútbol:forme parte del equipo de la compañía en el campeonato interno y del seleccionado del regimiento en el campeonato provincial, ganamos el primero y salimos segundo en el otro. También tuvimos la triste experiencia de la revolución que echó a Illia y las maniobras en Coronel Brandsen, a donde fuimos caminando en una semana, empezamos ciento veinte con todo el equipamiento y terminamos tres en zapatillas, sin ningún peso, un sacrificio sin motivo ni lógica.
El desfile más importante fue en la Capital Federal y estuvimos preparándolo una semana, durmiendo en los galpones del puerto donde hoy es Puerto Madero, con la ventaja que siempre después teníamos unos días de licencia y cuando salimos segundos del provincial, volvíamos de Mercedes un poco tristes por haber perdido la final y al llegar nos dieron la semana.
Lo que más recuerdo es el regreso, los domingos por la tarde después de un permiso, tenía unos dolores de estómago y un malestar porque sabía iba a estar toda la semana preso y gracias a mi buen comportamiento nunca fui castigado.
Para terminar algo para mí tristísimo y que fue uno de los golpes más grande que tuve, mi amigo Osvaldo se recibió de médico y estaba programando con entusiasmo su futuro, pero el destino le jugó una mala pasada, iba en un Fiat 600 chocó contra un autobús se le abrió la puerta (de las que abrían para atrás) cayó golpeó con la cabeza en el borde de la acera y se quedó, hoy lo escribo y lloro, porque era bueno, joven y con una ilusión enorme, a pesar de los años sigue en mi pensamiento y sentimiento, muchas veces la vida es injusta.
lunes, 11 de marzo de 2013
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