martes, 25 de agosto de 2015

Una bala en la pierna

Una operación frustrada por falta de material.
Un hombre denuncia que el Hospital de Ourense detuvo su intervención cuando ya estaba en quirófano y anestesiado.
Aprovecho esta mala noticia para abordar lo que me pasó a mí, después de nueve meses el sábado fui a hacerme la resonancia magnética de la rodilla, leo las instrucciones que figuran en un cartel al lado de la puerta y cuando me llaman (con 1,30hs. de retraso), le indico a la enfermera que tengo una bala pegada a la tibia desde hace más de treinta años, pero que el especialista lo vio en la radiografía que me sacaron por protocolo para poder hacer la resonancia.
Resumiendo me dice que no puede hacer la resonancia porque se podría desplazar y lo que sí se podría es hacer un TAC, si lo dispone el especialista, en fin que esperaré a que se dignen a llamarme y mientras tanto a seguir aguantando las molestias.
Quizás alguien pueda arreglar este desaguisado. Y mientras tanto, agua, resina y ajo.
  • Mi amigo Julio escribió: Alberto, no sabía que tenías una bala pegada a la tibia, nunca me lo habías comentado, así que espero me cuentes la historia, que seguramente es muy interesante, además como buen escritor, harás un buen relato..
  • Quise empezar este escrito, con este prólogo, para que sepan lo que me motivo a contarlo.
  • Hubo una época en que aprovechamos un piso que tenía un tío en Mar de Ajó, para hacer escapadas a ese hermoso lugar marítimo, en esos momentos pequeño, tranquilo, lleno de paz y almejas.
  • Se acababa la ruta asfaltada y comenzaban unos kilómetros desde San Clemente de tierra, que si llovía ibas con el coche de un lado al otro. En esta oportunidad en el Citröen Ami 8, íbamos mi señora, mis hijos pequeñitos y mis padres.
  • Una mañana recuerdo que estaba nublado y fresco, salimos a caminar llegamos casi al final del pueblo, iba mi papá adelante con Alex (unos cinco añitos), yo detrás con Ariel (unos dos añitos) y cerrando el pelotón Blanca y mi mamá; de golpe se me doblo la pierna izquierda, sensación similar a cuando un gracioso te pegaba detrás de la rodilla con la mano de canto, mire para atrás y vi a dos chicos en bicicleta con una honda (gomera, tirachinas), le dije a mi papá esos pibes me tiraron un hondazo. Levanté el pantalón de pana y chorreaba sangre, vi un agujero y dije no fue el disparo que escuchamos.
  • Fuimos a buscar el coche y de ahí a Santa Teresita por la playa, había marea baja y era lo más rápido, donde estaba el único Centro de Salud, me sacan una placa  y tenía una bala del 22 casi pegada al hueso y en una zona complicada para operar, según el médico porque tenía una arteria próxima, por lo cual cura, hacer seguimiento y a la policía.
  • Vamos a la comisaría y recuerdo al que tomaba la denuncia, me consolaba diciendo tuvo suerte la semana pasada le pegaron un tiro a uno en la ingle y murió, cuando le hicieron la autopsia le encontraron la bala en el corazón, no sabía si estaba de broma o era en serio. La causa que puso fue, un desaprensivo que estaría tirando al blanco y salió una bala perdida.
  • Lo que nosotros pensamos que si le pegaba a Ariel, que iba agarrado de la mano izquierda lo mata, en fin una anécdota más para contar.
  • Fuerte abrazo, querido amigo. Foto de esa época pero en Tandil.

sábado, 8 de agosto de 2015

Vacaciones inolvidables

Hace mucho tiempo leí algo muy interesante, decía: "El hombre se pasa la semana esperando el fin de semana, se pasa un año esperando las vacaciones, se pasa la vida esperando la felicidad".
Nosotros por la edad creo tenemos todos esos conceptos superados y cada viaje programado nos parece que va a ser el mejor, tratamos de desplazarnos siempre a lugares que no conocemos y ya en él nos llenamos de paisajes, costumbres, cultura y placer.
Hace mucho tiempo había oído hablar del Valle del Silencio cerca de Ponferrada, en el Bierzo, hacia allí partimos esta semana, con muy buen tiempo nos dirigimos hacia zona de montaña, que es mi preferida.
Quizás otra de las ventajas es que en dos horas estábamos en el lugar, los viajes largos me agotan, en Ponferrada pudimos disfrutar de su zona céntrica y tomar unas cañas de cerveza, que con 29º saben muy bien.
Luego nos dirigimos a San Cristobal de Valdueza, en cuyo hotel rural teníamos nuestro alojamiento, que por sus servicios y atención es muy recomendable, que nos permitió contemplar el tejo milenario a pocos metros, árbol considerado sagrado en la antigüedad y que arropa un pequeño cementerio.
Fuimos a visitar Espinoso del Campudo, donde también se encuentra un nogal centenario y que como otros muchos pueblos de los alrededores tiene la característica, de poseer un estacionamiento a pocos metros del pueblo e invita a caminar. Los pueblos de esta comarca están muy bien conservados, limpios, destacando la piedra y la madera en amplias galerías, la mayoría tienen una calle principal y si te internas por algún lateral te encuentras con un gran patio interior donde desembocan hasta seis casas distintas.
Por la tarde fuimos hacia el Valle del Silencio por donde pasa el río Oza, llegamos al monasterio de San Pedro de Montes justo empezaba una visita guiada, pudimos ver la grandiosidad de un monumento en total abandono, que albergó hasta setenta monjes, donde incluso en su interior se encuentran enormes árboles. Visitamos también su iglesia, con hermosos retablos barrocos, un coro que es raro ver en una iglesia y altar de madera policromada.
Arribamos a Peñalba de Santiago, hermoso pueblo donde se encuentra un templo mozárabe del 937 y de donde parte un camino hacia la cueva de San Genadio, cuenta la leyenda que allí vivió este santo que buscaba silencio, y que partió el río en dos para calmar sus aguas, son dos kilómetros duros pero muy bonitos, pero la paz reinante me fue robada por el sonar de las cencerros y berridos de un rebaño de setecientas ovejas y cabras. Terminamos el recorrido en San Clemente de Valdueza, donde degustamos unos ricos entremeses.
Al otro día nos dirigimos a Molinaseca, pueblo típico del camino de Santiago el cuál atravesé en el 2006, pudimos ver como efectuaban la limpieza del trayecto fluvial donde han realizado mediante una compuerta una piscina. Por último fuimos ha Ponferrada  donde pudimos visitar el Museo del Bierzo, antigua cárcel de 1565, donde se encuentra una exposición muy interesante de la historia de la comarca, recorrimos también el Castillo de los Templarios, que además de la parte arquitectónica tiene una exposición permanente de libros facsímiles y otra de Templum Libri (los libros más bellos de la historia).
Al otro día de regreso, pasamos por Cacabelos y Piedrafita del Cebreiro, plenos, agradecidos y ya pergeñando otra nueva salida, viajar es el mejor estado del ser humano.