martes, 30 de mayo de 2017

Ciudades Imperiales.

Yo pienso que el silencio es un sonido. Se escucha cuando no se oye nada, ni un tintineo, ni un segundero, ni un teclado. Las ciudades y sus ruidos atrofian el oído… y el ruido está en todas partes. En cláxones y conversaciones, en pantallas y altavoces, en lo que comemos y olemos. Viajar es escapar. Y escapar no es solo huir del estrés. El turismo de silencio regala salud y crece.

Con relación a nuestra bodas de oro, recibimos de regalo un viaje, a las ciudades imperiales: Praga; Bratislava; Budapest y Viena, con bellos edificios; palacios; iglesias y catedrales, mucho pan de oro donde el pueblo pasaba hambre.
Con monarquías que conquistaron territorios, que luego perdieron y de las cuales a pesar de la buena relación actual, siguen añorando especialmente los Húngaros.
Como decía el guía en Viena, ellos son protestones y disconformes, yo siguiendo su pensamiento me quejaría de las comidas en base a pollo, cerdo y patatas, todos los días aburre, la masificación de turistas y el tener que madrugar, aunque reconozco es una cosa necesaria para recorrer todas las visitas; para alabar la limpieza, todo muy ordenado y organizado.
Lo que más me gusto la ciudad balneario Karlovy Vary, Budapest y el paseo en barco por el Danubio. Un tema engorroso para el turista es que Chequia y Hungría, a pesar de pertenecer a la UE tienen monedas propias, aunque con tanto turismo aceptan euros pero sacando ganancia en la conversión; ellos como España viven del turismo.
Haciendo el viaje con todo incluído, hay dos tardes noches que ofrecen excursiones con un precio bastante elevado, algo similar a lo que ocurre con los viajes del IMSERSO.
En fin tuvimos una semana ajetreada, venimos llenos de conocimientos, de historias, chismes y comentarios monárquicos, que para un republicano no son nada agradable; también es evidente en los comentarios de los guías el odio que tienen hacia un comunismo dictatorial, que evidentemente fracasó en esos países, también es real que la historia la escriben los vencedores.
 Personalmente prefiero el turismo del silencio y naturaleza.

martes, 16 de mayo de 2017

Cambiar de prestatario de servicios.

Siempre me preocupan, cosas evidentes y que en mi fuero interno pienso no deberían suceder.
Todo empezó cuando la Mutua de la que soy socio hace más de treinta años, saca una publicidad donde ofrece rebajar la oferta de otras compañías y a mí me ha aumentado, llamó por teléfono y te dan vueltas pero no recibes una contestación lógica.
También colaboró el cambio continuo de compañía de móviles, que hace un hijo y que demuestran que se pelean por tener clientes, pero luego los desatienden.
El viernes cambié de banco, pero debía ingresar un dinero y resulta que dos bancos (incluso uno era el mismo donde debía transferir el dinero) me cobraban comisión y al que voy a dejar me lo hizo gratis, lo que me provocó una gran inquietud.
Hoy sale la noticia: Euskaltel compra Telecable y crea la mayor operadora de telecomunicaciones del norte
R. SANTAMARTA 4
El grupo vasco ha cerrado la operación por 686 millones de euros, año y medio después de adquirir la gallega R
Cae el número de hogares fieles a su operadora de telefonía.
Tres de cada diez han cambiado también de empresa suministradora de electricidad o gas natural.
Y es que vivimos saturados de ofertas y publicidad engañosa, que todas las entidades tienen como finalidad obtener beneficios, que lo que hoy es gratis, mañana sin previo aviso es de pago, que nadie da pesetas por duros, que es hora que el estado actué, pero como va a actuar si tiene intereses en las empresas como consejeros, socios, auditores, etc.
Realmente es preocupante la desidia total, en la que vivimos y que nos hemos acostumbrado, nadie protesta, todos aguantan y ya lo dijo un sabio como Castelao "Mexan sobre nos e din que chove".
Les pido perdón sigo siendo un viejo protestón, pero agrego agua, resina y ajo, que algo me alivia.

jueves, 11 de mayo de 2017

Estoy cansado

Hoy a raíz de una foto de mi nieto, al que se le había caído un diente, empezó mi cabeza a funcionar. Ni para bien ni para mal, pero pensando en cuántas mentiras acepta nuestra inocencia o por lo menos sin saberlo da por buenas.
Recuerdo con un sinsabor indescriptible, cuando me enteré quienes eran los reyes magos, sufrí porque me sentí engañado, realmente lo del ratoncito Pérez no lo recuerdo, pero sí el desasosiego que me produzco ya de mayor, saber que también eran mentirosos consuetudinarios los políticos que siguen gobernando, recibiendo el apoyo de las víctimas de esas mentiras.
Y los mismos que lo tienen  como mandamiento, lo siguan realizando sin ningún remordimiento y que sus actos sigan precedidos de ese mal
Dicen los entendidos que la mentira tiene patas cortas, pero los padres aunque con dolor deberían evitarla, está claro que la ilusión infantil es difícil de tratar, pero la verdad impone respeto.
La pérdida de dientes  desgraciadamente es toda la vida, no se me ocurre a mi suegro con 93 años y que próximamente perderá una muela, decirle que se la ponga al ratoncito y no me quiero imaginar la cara de la dentista cuando se la pida, ja,ja.
Tenemos tantos problemas que nos resulta más fácil seguir con nuestras mentiras "infantiles", que tomar el problema por un cauce normal y explicarlo, estoy seguro que mis nietos con lo inteligentes que son lo comprenderían enseguida.
A mi edad vivo en un mundo, del que estoy cansado, desilusionado, leo y veo maldad, veo mentiras, cambios para mal, supongo que pasará porque no es la primera vez y no estoy preocupado porque no es stress ni depresión, es ver una realidad negra, parecerme que los demás no lo ven y el mundo sigue girando.
Alguién me dijo aferrate a la utopía, como dice Eduardo es como el horizonte, cuando te acercas ella se aleja, pero te permite caminar y yo pensé, sí para mí la utopía siempre fue un cuento o mentira, da esperanza pero nada más.
Eso si encontré algo que me tranquilizó: "No te preocupes, todo después de un tiempo deja de doler o deja de importar", que así sea.
No me tomen en cuenta, son cosas de viejo.