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Compartido con: Público
Saben que me gusta escribir y quizás a veces trate temas muy superficiales, pero van surgiendo y mi único deseo es que le resulte interesante a alguien.
Un tema que me preocupa a nivel jurídico, es como los abogados defensores y a veces hasta los organismos judiciales, encuentran atenuantes para favorecer a los culpables.
Atenuante es disminuir la gravedad o intensidad de una cosa o sea que disminuye la responsabilidad de un delito.
El tema es que un acto efectuado estando drogado o borracho justifica un asesinato u acto grave, cuando considero que la falta debería ser agravada por no tener una responsabilidad o control anterior; si tienes un vicio o enfermedad pide ayuda, pero no le arruines la vida a otra persona.
El TSXG no ve agravante de género en el crimen de la calle de la Estrella. A otros corruptos le permiten trabajos sociales para disminuir la pena, etc.
No obstante soy consciente de que a nivel jurídico, impera el dicho: hecha la ley, hecha la trampa; pero a veces al contemplar el detalle de ciertos juicios y el actuar de los abogados defensores solo me queda la sensación, de que en este mundo solo impera el poder del dinero.
A veces cometo el error de dar mi opinión en casos de actualidad, a sabiendas de que no todos tienen el mismo criterio y te expones a la discusión, lo cual a mi edad tratando de ser feliz me resulta muy tonto.
Además me trae el recuerdo el cuento del señor con 120 años, al cuál le realizan una entrevista varios periodistas, con el objeto de saber las razones de su longevidad. Entonces empieza a exponer sus cuidados de alimentación, el efectuar actividad física, sus hobbies, pero fundamentalmente lo que me más me ha ayudado es que nunca he discutido, a lo cual un periodista exaltado le replica que lo anterior esta bien pero darle tanta importancia a no discutir no tiene sentido, el señor se queda pensativo y le dice: sabe que pensándolo bien puede que tenga razón.
