viernes, 11 de noviembre de 2016

Un día como hoy

Si un 12 de noviembre de 1983 (sábado) viajaba rumbo a España, ya han transcurrido treinta y tres años y realmente han ocurrido millones de cosas que uno vive, disfruta, sufre, pero realmente pierde constancias; porque la vida es eso transcurrir momentos, mi cuñado Hilario fue uno de los promotores de que iniciáramos esta aventura, mucho insistió que España estaba mejor y en ese momento no se equivocaba.
De aquellos días tengo muchos recuerdos, que quizás estén en algún artículo de este blog, pero que fueron seleccionados como por lo menos curiosos; me fueron a recibir a Santiago de Compostela mi cuñado y familia, como los tíos de Blanca, luego viaje a Moaña donde vivía mi cuñado el domingo se celebraba el San Martiño. Pasé la semana buscando trabajo en Vigo, cruzaba la ría en barco, el panorama no pintaba bien, el fin de semana fui a Coruña para ir a la aldea a ver a los abuelos, el sábado hablé por teléfono con un laboratorio dental y el lunes estaba trabajando, después dicen que no es cuestión de suerte.
Las circunstancias de mi viaje fue probar un futuro mejor para la familia, viví tres meses en la casa de un tío, iba y volvía al trabajo caminando, las veces que me he parado en los escaparates (vidrieras) de los negocios observando que el tiempo pasaba y no había aumentos, no había inflación era increíble, nosotros en mi país íbamos. al supermercado y avisaban por los parlantes que tal producto había aumentado, hoy a pesar del tiempo transcurrido viene en el periódico que la inflación a fines de octubre es del 36,6%.
Comencé a jugar fútbol sala con un compañero de trabajo, en Papelería América y subimos a primera, pero me denunció como extranjero un delegado, no pude seguir jugando en cambio si podía seguir como árbitro.
A los tres meses llegaron Blanca y los chicos, los tíos me ayudaron a encontrar un piso y amueblarlo, dejé atrás mis días de llanto en los cantones.
Luego con el tiempo comencé a programar mi futuro laboral, tenía trabajos particulares, fui profesor en la primera escuela de prótesis de Galicia, me puse por mi cuenta y tuve muchísima suerte, todo salió muy bien nuestras expectativas se cumplieron y realmente considero que tuvimos la suerte de luchar por un futuro, por un cambio.
Tendría que dar gracias a muchísimas personas, porque todas de alguna manera colaboraron para que ésto tuviera un final feliz.