martes, 19 de enero de 2016

Sobrado de los Monjes

Hoy como otro martes más, tuvimos nuestro almuerzo de confraternidad en la Gurita de Paderne, donde somos atendidos como reyes y luego nos trasladamos al monasterio cisterciense más antiguo de España Sobrado dos Monxes (Sobrado de los Monjes).
En el camino pasamos por Teixeiro, lugar que se ha hecho famoso por la cárcel, pero por donde transcurría hace dos mil años,  el antiguo camino romano que unía Lucus Augusti (Lugo) con Brigantium (A Coruña) y desde su puerto se transportaba el oro sacado de las Médulas, lino, cereales, etc.. Cerca se encontraba la guarnición de la Ciudadela con tres mil soldados, para proteger estos desplazamientos, con los años esta guarnición se trasladó a Riaño (cerca de Santander), quedan sus restos para visitar.
En primer lugar recorrimos una pequeña iglesia, pegada al monasterio del S.XVIII de estilo Barroco Compostelano (en piedra imita construcciones que antes se realizaban en madera) y que guarda en su interior dos obras en madera de una sola pieza, espléndidas a pesar del deterioro, del escultor Juan de Juni (conocido como el maestro de Sobrado) y maestro de Gregorio Fernández, cuyas obras se pueden apreciar en los pasos de semana santa de Valladolid y otros lugares. La primera son varios personajes en distintos planos y la segunda un Jesucristo flagelado; pudimos observar también una escultura en piedra de San Cipriano, como una cruz de 1.926 de la Santa Misión, decorada con martillo, tenaza y escalera.
Ya frente a la hermosa fachada del S.XVII de la gran iglesia del monasterio, con sus dos grandes torres que le dan verticalidad, obra de Pedro de Monteagudo y que seguía la idea de San Bernardo: grandeza, sobriedad y elegancia, es de estilo renacentista y barroco. Tiene en el centro una imagen de la Virgen de la Asunción y más arriba un escudo del reino de Galicia-León.
Pudimos saber que este monasterio el más antiguo de España y declarado Monumento Histórico Artístico de carácter nacional y en julio del 2015 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fue fundado en el S.X por los condes de Presaras, luego y por orden de Alfonso VII el Emperador a San Bernardo, con la idea de humanizar el territorio. Pero siguiendo el precepto de "ora et labora", fue ejemplo de progreso; lo primero que buscaban era que hubiese agua, por eso aprovechando pequeños ríos y arroyos, crearon en el S.XVI una laguna artificial.
La entrada al monasterio tiene una fachada renacentista entre el S.XVIII y S.XIX , pasando la recepción donde se pueden adquirir productos fabricados por los monjes, libros y recuerdos; nos encontramos con el claustro de los Peregrinos, que era donde se acogía a los visitantes y se encontraban las caballerizas, está reformado y solo quedan tres arcos del antiguo claustro.
Muchas partes del monasterio, fueron rehabilitadas debido a que con la amortización de Gelmírez de 1.835,
se expropiaron muchas propiedades eclesiásticas y se abandonaron, sufriendo luego el robo y expolio.
Pasamos a la iglesia, totalmente vacía, el retablo según descubrió Chamoso Lamas se llevó a Australia y solo se conservan siete piezas, cinco relieves en el Museo de Pontevedra, un apóstol en el Museo de Bellas Artes de A Coruña y otro apóstol  (el mejor conservado) en la Real Academia Gallega. Es de cruz latina, con pilares cuadrados y una gran cúpula semiesférica, pasamos a la capilla de San Juan Bautista, entre románica y gótica del S.XII y la más antigua orientada al norte y con una sepultura en piedra de un caballero, como las muchas que encontramos en otras iglesias y catedrales, que marcan que los nobles, al igual que los poderosos hoy eran los que mandaban, en una mano llevaban la espada y en la otra la cruz.
En esta foto se puede apreciar el techo, en la zona de cruz latina.
Vimos la Capilla del Rosario terminada en S.XVII, con cuatro columnas con capiteles corintios y una hermosa cúpula, considerado un barroco exuberante.
Pasamos a la sacristía de estilo renacentista, unida al refectorio y desde se ve un tercer claustro, que no se puede visitar. En su momento se había traído un coro de la Catedral  de Santiago, pero en 1990 lo llevaron a San Martín Pinario.
Vimos la sala capitular, reconstruida en 1.965, destaca sus bóvedas de arista y resaltes. El claustro de los medallones, totalmente abovedado, tiene cuatro ángulos con decoración alegórica, treinta y seis sobre cada ventana y bustos representando a personajes bíblicos y nobles de la época. Desde este claustro se puede apreciar una gran ventana, en la iglesia, que tiene un círculo en piedra con dos aletas de soporte en piedra y que marcaba la perfección.
Por último visitamos la cocina, también con cuatro columnas, que demarcan la campana de la chimenea, con arcos de medio punto y bóvedas ojivales.
Una vez más agradecer al profesor Felipe Senén, su entrega y sapiencia, se hace cierto el dicho de que "el saber no ocupa lugar".
"Como a través de otros tantos arroyos, la fuente de la Sabiduría que brota en medio del paraíso, distribuye por las plazas sus aguas: "yo dice la sabiduría como acueducto salí del paraíso, regaré el huerto que he plantado y embriagaré el fruto que he hecho nacer"... el huerto que ha plantado es la comunidad de sus hijos. (congregatio filiorum). Guernico de Igny


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