A veces hay temas que no aparecen en mucho tiempo y otros seguidos, en nuestro barrio somos unas doce familias, en los últimos tiempos aparecieron cinco casos de personas con cáncer, de los cuales solo falleció uno y el resto está en tratamiento.
La semana pasada fuimos a ver una película "Truman" (El nombre del perro), donde se desarrolla el deseo de un enfermo de cáncer avanzado con metástasis, de no continuar con el tratamiento y querer dejar todo arreglado, pero su mayor preocupación era dejar en buenas manos a su perro.
La actuación de Darín como siempre muy buena, pero Cámara en su papel de amigo está genial, pero lo que me llamó la atención es la actitud del enfermo ante una situación límite y más aún cuando esta semana sale una noticia, en la cual otro enfermo terminal de cáncer, tenía y cumplió su deseo de ver la última película de "Star War" (La guerra de las Galaxias). Es difícil ponerse en la piel del otro, pero en una situación así me parece que son temas un poco triviales, esas necesidades o deseos.
No obstante y como por desgracia esa enfermedad esta de moda, ayer leí otro caso que llegó a mis sentimientos más profundos y es la historia de Marie (así la llaman pero es María), una arquitecta argentina de cuarenta y tres años, con cáncer de ovarios y con metástasis por lo cual le dan meses de vida.
Cuál fue su meta, escribirle a su hijito de tres años, un libro que complementó con dibujos por ser también dibujante y que llegó a terminar poco antes de morir a los siete meses.
Lo inicia con un MAMÁ TE AMA y lo tituló "El cuaderno de Nippur" (Nippur es el nombre de su hijo), que hoy gracias a sus amigas ha sido publicado, porque pienso que será de gran ayuda para otros casos similares. Le cuenta su vida desde pequeña, de sus gustos, de su enfermedad, de sus sufrimientos, de la bronca de haberse ido tan rápido, para terminar diciéndole " que nunca jamás podrá explicarle cuanto lo ama" y también le dice: "Nada dura para siempre, pero yo voy a estar en tu corazón, hasta que vos tampoco dures para siempre, pero estés en otros corazones y así nada muere nunca."
Como ellos son ateos el padre no sabía como explicarle al pequeño, la falta de su madre y tuvo la idea de decirle que estaba dentro de sus corazones y todas las mañanas, como por las noches al acostarse, ponen sus manos en sus corazones y dicen" Buenos días o buenas noches mamá, te queremos mucho y nunca te vamos a olvidar.".
Dice su marido: Lo importante no es como enfrentó la muerte. Sino la manera en la que enfrentó la muerte, te da la pauta de como encaraba la vida. Y en el libro habla de la muerte, de la vida y del amor, tres cosas más universales no puede haber.
Acabó diciendo: "Con una sonrisa y el puño apretado, pero es el final".
lunes, 9 de noviembre de 2015
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