Gracias a la Asociación Roxin Roxal el domingo 30/09/18, pudimos descubrir mucho de lo que encierra el monte Seixo y la sierra de Cando, como siempre tuvimos el privilegio de contar con un guía de lujo, Calros Solla es el “guardián de la montaña”. Conoce palmo a palmo este universo mítico cuyas claves desentraña ante la audiencia. “O Seixo é unha montaña máxica. Unha montaña que, no canto de afastar, une. A mitoloxía do Seixo non entende de fronteiras, e o monte está cheo delas: alí van os lindes de Cerdedo, Forcarei, A Lama, Cotobade e Beariz. Están todos alá enriba, e, non obstante, o patrimonio inmaterial, a cultura, non se supedita a elas. Vese de certo como a mitoloxía da montaña é común a unhas aldeas e a outras. Alén diso, é unha montaña máxica porque unha densidade tan elevada de seres míticos en tan pouco terreo responde a que o medio natural permite facer voar a imaxinación, e a dos nosos antepasados era moita”, argumenta.
Nos comentaba que con nuestra visita llegamos a los cuatro mil visitantes que ha guiado y manifesto: "moitos anos na trincheira e poucas victorias", que una de sus metas es mostrar como no se han respetado pautas de un parque natural, convertido en un parque eólico de cientos de aerogeneradores, con beneficios políticos y falta de respeto a la naturaleza, como a lo cultural.
Luego de atravesar tres rejas canadienses, preparadas para impedir el paso de vacunos, llegamos a lo que fue un cementerio neolítico chan das mamas, hoy convertido en parking y subestación eléctrica.
Nos fue contando infinidad de leyendas e historias relacionadas con esa zona, nos enseño las mamoas la mayor o grande, la segunda y la tercera, que en el S.XVII hubo expoliaciones porque se corrió la voz que había tesoros; las lagunas de las mouras, nos mostró parte de los cuatro kilómetros de encerramiento con chantos, hoy deteriorado que se realizó para el pastoreo del ganado, que se encuentra en buena cantidad todavía. También habló de la intención en época franquista de plantar pinos, con la confección de dos casas forestales hoy en ruinas y un vivero.
Luego visitamos el alto de la Cruz do Seixo donde se celebran en julio, las romerias de Santa María, Santa Ana y San Antonio; de ahí atravesando sendas dejadas por los animales y pinchándonos con los toxos accedimos a la Puerta de Alén, lugar que con sus piedras redondeadas por la erosión e insólitos puntos de apoyo, han dejado una abertura convertida por la cultura popular en lugar de rito y dicen que atravesando de norte a sur puedes conversar con los difuntos, eso si volviendo con recorrido inverso y sin contar nada a nadie.
A poca distancia fuimos a visitar el Marco do Vento, una piedra megalítica parada de grandes dimensiones, que se cree separaba en algún momento los territorios Lucenses y Bragenses. Luego en bus nos dirigimos hasta el punto más alto donde se encuentra el vértice geodésico en el Alto de Santa Mariña a 1.015mts., con la Silla del Rey una forma curiosa de la piedra, quizás de tanto sentarse la gente y desde donde se tiene una vista panorámica de las rías de Vigo, Pontevedra y Arousa, como también indicó Calros en días despejados de invierno se ven los montes nevados del Caurel.
Después de comer en una zona de pinos con mesas y asientos preparados, con buenas vistas, nos dirigimos nuevamente a Cerdedo, para culminar la visita a esa zona en un pueblo abandonado en Vichocuntín de arriba, al realizarse otro abajo con mejores prestaciones y posibilidades, que nuestro guía y una asociación quieren rehabilitar
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Una vez más llegamos llenos de vivencias, conocimientos, valores, gracias a los que posibilitan tanto crecimiento.
lunes, 1 de octubre de 2018
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