sábado, 8 de agosto de 2015

Vacaciones inolvidables

Hace mucho tiempo leí algo muy interesante, decía: "El hombre se pasa la semana esperando el fin de semana, se pasa un año esperando las vacaciones, se pasa la vida esperando la felicidad".
Nosotros por la edad creo tenemos todos esos conceptos superados y cada viaje programado nos parece que va a ser el mejor, tratamos de desplazarnos siempre a lugares que no conocemos y ya en él nos llenamos de paisajes, costumbres, cultura y placer.
Hace mucho tiempo había oído hablar del Valle del Silencio cerca de Ponferrada, en el Bierzo, hacia allí partimos esta semana, con muy buen tiempo nos dirigimos hacia zona de montaña, que es mi preferida.
Quizás otra de las ventajas es que en dos horas estábamos en el lugar, los viajes largos me agotan, en Ponferrada pudimos disfrutar de su zona céntrica y tomar unas cañas de cerveza, que con 29º saben muy bien.
Luego nos dirigimos a San Cristobal de Valdueza, en cuyo hotel rural teníamos nuestro alojamiento, que por sus servicios y atención es muy recomendable, que nos permitió contemplar el tejo milenario a pocos metros, árbol considerado sagrado en la antigüedad y que arropa un pequeño cementerio.
Fuimos a visitar Espinoso del Campudo, donde también se encuentra un nogal centenario y que como otros muchos pueblos de los alrededores tiene la característica, de poseer un estacionamiento a pocos metros del pueblo e invita a caminar. Los pueblos de esta comarca están muy bien conservados, limpios, destacando la piedra y la madera en amplias galerías, la mayoría tienen una calle principal y si te internas por algún lateral te encuentras con un gran patio interior donde desembocan hasta seis casas distintas.
Por la tarde fuimos hacia el Valle del Silencio por donde pasa el río Oza, llegamos al monasterio de San Pedro de Montes justo empezaba una visita guiada, pudimos ver la grandiosidad de un monumento en total abandono, que albergó hasta setenta monjes, donde incluso en su interior se encuentran enormes árboles. Visitamos también su iglesia, con hermosos retablos barrocos, un coro que es raro ver en una iglesia y altar de madera policromada.
Arribamos a Peñalba de Santiago, hermoso pueblo donde se encuentra un templo mozárabe del 937 y de donde parte un camino hacia la cueva de San Genadio, cuenta la leyenda que allí vivió este santo que buscaba silencio, y que partió el río en dos para calmar sus aguas, son dos kilómetros duros pero muy bonitos, pero la paz reinante me fue robada por el sonar de las cencerros y berridos de un rebaño de setecientas ovejas y cabras. Terminamos el recorrido en San Clemente de Valdueza, donde degustamos unos ricos entremeses.
Al otro día nos dirigimos a Molinaseca, pueblo típico del camino de Santiago el cuál atravesé en el 2006, pudimos ver como efectuaban la limpieza del trayecto fluvial donde han realizado mediante una compuerta una piscina. Por último fuimos ha Ponferrada  donde pudimos visitar el Museo del Bierzo, antigua cárcel de 1565, donde se encuentra una exposición muy interesante de la historia de la comarca, recorrimos también el Castillo de los Templarios, que además de la parte arquitectónica tiene una exposición permanente de libros facsímiles y otra de Templum Libri (los libros más bellos de la historia).
Al otro día de regreso, pasamos por Cacabelos y Piedrafita del Cebreiro, plenos, agradecidos y ya pergeñando otra nueva salida, viajar es el mejor estado del ser humano.



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