domingo, 3 de noviembre de 2013

Malos recuerdos

Siempre pasa que nos suceden acontecimientos, que intentamos no sacar a la luz , por temor a ofender o perjudicar.Yo en mis distintas profesiones tuve oportunidad de denunciar intentos de soborno, pero reflexioné que no es posible adjuntar pruebas y todo es cuestión de palabras, que como dice el refrán "las palabras se las lleva el viento".
Ahora que esta tan de moda la corrupción, el soborno, el sacar tajada, me vino a la mente esos dos momentos y lo mal que lo pasé, en las dos oportunidades me dijeron lo mismo: "sos un gil" que me hizo sentir aún más ofendido y desprotegido, y lo comento porque ya pasaron muchísimos años.
La primera fue en mi trabajo en la administración (no doy más detalles), el encargo hacer desaparecer un legajo, para los que no conozcan el tema antiguamente cuando no existía la computación, todo se realizaba con documentos escritos y en los legajos se guardaban todo lo correspondiente a personas o sociedades, después de mi negación me dijeron otro lo hará, a lo cual solo atiné a responder si me falta algún legajo ya se a quién denunciar.
La segunda fue en un hotel, donde nos alojábamos el trío arbitral que iba a dirigir un partido, el otro juez de línea me dijo que había una cantidad de dinero si ganaba el local, a lo cual manifesté "no te he escuchado, yo en mi vida solo deseo no tener ningún cargo de conciencia, quiero dormir tranquilo"; ganó el equipo visitante y toda la buena atención previa al partido, fueron a buscarnos al aeropuerto, nos llevaron a recorrer los alrededores de la ciudad, nos invitaron a comer, se transformó en un abandono total fuimos de regreso al aeropuerto en taxi. Con el tiempo el colega fue expulsado, dice el dicho "el que mal anda mal acaba".
Por último y para no cansar, un episodio lamentable de un partido de fútbol de una asociación en cuyo plantel jugaba y que por el honor que representaba no debió ocurrir. Se sabe que el fútbol es un deporte de roces y hay que saber llevarlo con mucha templanza, en el transcurso del partido se arma una trifulca, hay golpes y cae un contrario al suelo, siendo pateado con saña por un colega al que nos costo separar y en mi caso hubo increpación personal, porque no hay peor maldad que pegar a una persona tirada en el suelo. Se sabe que después en frío todo se olvida y se acabaron los problemas, a mí me pidieron que no hiciera la denuncia y lo acepté para no perjudicar a nadie, pero indudablemente que el concepto de ese individuo para mí quedó como el adversario por los suelos.

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