viernes, 14 de diciembre de 2012
Disfrutando de la vida
Hace solo dos meses, que disfrutamos de las clases de Memoria y Risoterapia, que lástima no haberlas encontrado antes, pero todo se presenta en el momento oportuno.
Recordé ya próximo a mí cumpleaños, algo que leí hace poco, que dice: "A los 67 aprendí que si esperas a jubilarte para disfrutar de la vida, esperaste demasiado tiempo".
Como el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos, quiero contarles una pequeña historia. Hace un año y medio, viajamos a Argentina, cuando llego a mi barrio en Temperley, además de la gran alegría de estar con la familia, solo deseo encontrar a los amigos de infancia y adolescencia, pero cada vez me resulta más difícil.
Después de caminar por Campo Huergo y no encontrar a ningún conocido, me dirigí por la calle 24 de noviembre hacia el Club Temperley, buscando el taller mecánico que tenía el papá de un amigo y donde él trabajaba; de pronto al llegar a la calle Brandsen, por la otra acera veo venir a mi amigo en bicicleta. Luego de un afectuoso saludo, nos pusimos a conversar, recordar momentos pasados, a otros amigos y charlar sobre nuestras familias; entonces me cuenta que su mamá ya tiene 97 años y que le tiene terror a la muerte, le pregunto si encontró alguna formula para tranquilizarla, él me dice que si y me cuenta: "Yo le digo mamá cuando naciste,te anotaron en un libro y estabas al final, igual que ahora está tu bisnieta, pero con el paso del tiempo fuiste escalando puestos y ahora estás entre los primeros y en cualquier momento te toca", y ella que dice le pregunto, contesta:"No dice nada, abre muy grande los ojos" y nos empezamos a reír a tope.
Yo me reía porque me pareció muy fuerte y él porque tomaba en broma a la muerte; pero estoy convencido que debemos prepararnos, para llegar a la meta de la vida que es la muerte, con tranquilidad, alegría y como triunfadores, hemos disfrutado de la vida.
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