martes, 15 de diciembre de 2015

Mi querido viejo

Hoy lo tuve presente todo el día, quizás porque era san Valeriano, aunque él poco creía en lo religioso, recuerdo como si fuera hoy el día que le dijo a mi vieja, sabes porque van a misa porque tienen pecados, yo como soy bueno y no peco no necesito ir a misa. Hacía honor al dicho "Asturiano loco vano, mal cristiano".
Además leí algo que decía: "Cuando muera no quiero que solloces sobre mi tumba, solo quiero que tengas buenos recuerdos y me lleves en el corazón".
Eso me dejó mi querido viejo, recuerdos maravillosos de manera cotidiana y a raudales, buen carácter, honestidad, consejos, buen trato, ejemplo de trabajador, colaborador en el barrio y en el club Rosedal.
Le dí pocos disgustos, pero dos muy fuertes, uno al comprar con dieciocho años la motoneta "Luján Hnos.", con motor Bosch de 125cc., no por el peligro que representaba, ni porque no lo había consultado, sino porque la había comprado a plazos y para él era un deshonor; eso que yo ya trabajaba desde los diecisiete en la D.G.I..
Otro cuando unos meses antes, en una huelga estudiantil, formé parte del grupo de diez estudiantes que tomamos el colegio "Tomás Espora", lo hicimos a media noche y a las pocas horas la policía, algunos en estado de embriagues, rompieron una puerta y nos detuvieron. Lo llamaron al otro día, por ser menor y como conocía al comisario, le pidió si me podía dejar hasta la tarde noche para que aprendiera, me llevó caminando unas quince cuadras hasta casa sin hablar y así estuvo un mes.
Como ven estoy contando las pálidas, no los buenos momentos, porque fueron así muy pocas. Otra cosa que recuerdo muchísimas veces cuando le dije, me voy a casar con veintiún años, me preguntó te lo pensaste bien, porque si te arrepentís no volvés a esta casa, gracias al Divino no lo necesite, pero estoy seguro que no me dejaba tirado


Fue el crítico número uno de todas mis actividades, nunca me alentó y un día le pregunté: nunca hago algo bien, como hijo, en el estudio, jugando al fútbol y me contestó "No te digo nada, para que no te engrupas". Con el tiempo he comprendido, que él recibió un trato muy frío y distante de sus padres, a los catorce años se peleó con su papá y se fue a trabajar a Lavallol bastante tiempo, no tuvo una infancia fácil y es cierto el dicho " De lo que no se mama, es difícil dar"
 No creo que se haya podido imaginar como me dejo la cabeza llena de recuerdos y el corazón lleno de amor, yo tampoco le dije y como lo siento ahora todo lo que significó, cuanto lo amaba, que grande era. Seguís conmigo, querido viejo.

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